Ya hablamos anteriormente de las raciones del hambre pero ese es otro asunto, hoy nos fijaremos un poco en la gastronomía actual. Una gastromomía enmarcada en la sociedad de la opulencia y que dispone de otro tipo de raciones, unas raciones que se asumen como elementos de distinción, diferenciación y cohesión de determinados comensales. Aquí la ración es aparentemente banal y por ello relevante, por cotidiana y perentoria, pero también por procuradora de socialidad.
Controlar.
Uno se pierde en esto de optimizar las raciones, raciones y porciones. Su formulación y evaluación traen de cabeza a gourmets, dietistas, gastrónomos, endocrinos, cocineros, nutricionistas, deportistas...
No hablemos de la frecuencia de la ración ahora, esto es el ¡Debate de la Ración!
Ración mínima de consumo diario, ración adecuada a la edad, ración alimenticia, raciones individuales, raciones balanceadas, raciones medias diarias recomendadas, raciones militares de campaña, raciones de combate, raciones diseñadas, raciones alternativas, raciones adaptadas...
Y ahora sin sustantivo putativo ¿no era así?
Raciones tipo, pantagruélicas, escasas, típicas, minimalistas, justitas, abundantes, generosas, para compartir, pequeñas y más grandes, suculentas, copiosas, medias raciones, multiraciones...
Todas ella con una variable más, según sexo, edad y estado de salud. La cosa se complica. Todo un despropósito, un despiste (i)racional
Y para hablar de raciones hay que hablar de alimentos. ¿Ración? ¿De qué alimento? El proceso de selección del alimento. Un alimento clasificado según el estatus y conocimientos culinarios del consumidor (M. Gracia Arnaiz, 1996).
La ración puede ser objeto de libre interpretación, objeto de consumo, o simplemente comida (M.Álvarez, 2008) y el valor que se otorga a los alimentos tiene mucho que ver con su función básica, no nos engañemos: vencer el hambre (I.Riera, 1996).
No hemos dicho nada, o sí, pero me he entretenido con esta disquisición filológica poque sí, porque hoy en día las palabras no tienen el mismo significado que tenían en su origen.
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Como modesta aportación a tan interesante (zzzzzz...... :-)) disquisición filológico - semiótica sobre la ración, quisiera aportaros la definición de ración a la gallega: una ración es como dios manda si despues de quedar a reventar todavía no se hace pie en la olla del caldo. Un saludo.
ResponderEliminarNo me toques los güevos:
ResponderEliminarDesde siempre, en casa mi madre dijo: "en la casa del pobre: reventar y que no sobre", de Dios no dice nada :)))))
Hacer pie en la olla, eso si que es auténtico
Todavía estoy perplejo por la disertación a propósito del bidecálogo.
Un saludo
Conste que la culpa fue vuestra, por invitar a visitar páginas peligrosas
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