sábado, abril 16

Gaspar Rey, fill de puta

Xesco y Pantxeta, tuvimos el placer de compartir condumio y chismorreos  en Tudela hace unas pocas semanas. Contigo y con Garbancita. Desde la primera Ambar1900 hasta el último sorbo de café en el Sent Soví nos pusimos finos, dos días seguidos, de lo primero y, sobre todo, de lo segundo. Una fuente inagotable de datos, historia, fechas, nombres, apellidos, rarezas, descubrimientos, canalladas y mucho hijo de puta, fill de puta, que queda más fino en catalán.

Como lo eras tú: catalán, rojo y adoptado por Madrid a los 50 tacos. Nos descojonamos con las aventuras de tu querido Pirindolo y Villa Mosquito; nos llevaste a Africa, a Latinoamérica y a Japón; destripamos a la gauche divine del Sandor; nos zampamos un solomillo de ternera, mano a mano, como postre de una maratón vegetariana; te ciscaste en nombres y apellidos, aquest? un fill de puta.


A mi de postre, si no te importa, me traes un solomillo...

Dimos cuenta de unas Hendrick's de sobremesa en los sillones del hotel, a pequeños sorbos, para no interrumpir tus historias y para que el día durara 72 horas. No pudo ser, te retiraste a dormir la merecida siesta. Xesco y yo llegábamos tarde a la cena y nos llamaste al móvil: on esteu? no em deixeu penjat, fills de puta!

Los platillos iban y venían, las copas se evaporaban y nuestro disco duro se saturaba con tanta información y tanto fill de puta. Estuvimos a un tris de no volver a Barcelona aquella noche y seguir el ritmo intelectual de aquel bigote cano, de aquella privilegiada calva moteada, de aquel canalla trotamundos. El postre no lo ocupó ningún fill de puta, lo ocupó Daniela. No la conocemos, ya habrá tiempo. Hablaste todo lo que ella ya sabe. Con la guardia bajada, emocionante y entrañable.

Nos has dejado con el dedito metido, como gatillazo de viagra, como tinta corrida, como Champagne desbravado, como papel de fumar sin cogollo, como plato sin salsa, como revista en blanco.

Gaspar, fill de puta. Cuida de todos nosotros, porque esto se está yendo al carajo.

5 comentarios:

  1. Esta entrada me hace reir y me pone triste simultaneamente. Agridulce.

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  2. Así debería ser amigo Oscar,
    No estamos educados para la cultura de la muerte, de la pérdida cercana. Es compleja y por ello no debería ser dulce, ni amarga, ni salada, ni ácida...
    Tú lo has dicho, agridulce es mejor. La tristeza de la pérdida y lo dulce de la remembranza.

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  3. Plumaza la de quien escribe. Gran relato, exquisitas textauras y ritmos narrativos. Abrazos desde Chile, Daniel Greve (otro fill de puta).

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  4. Un placer juntarnos en Gastromimix tanto fill de puta de calidad ;-)

    Por aquí seguiremos, Greve, ofreciendo bocados y picando a cuchillo el corazón de tartar que nos dejó Gaspar en su última portada. Premonitoria como pocas...

    Esta es tu cocina para cuando quieras.
    Un saludo,

    Pantxeta y Xesco. Xesco y Pantxeta.

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