(Versió en català)
Reuniendo todo lo que me gusta de la cocina, todo lo comestible, lo delicioso, suculento y sibarítico.
Me emociona la sensibilidad que derrochan los cocineros que aman la vida apetitosa. Los que lo hacen en casa con devoción culinaria para los suyos y los que se dedican profesionalmente a la cocina. Me emociona salpimentar. El santuario de las especies.
Me satisface ver un plato vacío, la justicia del almuerzo, rebañado con pan, casi tan limpio que no necesita de lavavajillas, “el tonto” que le llamo yo.
Me gusta elaborar la materia prima, la masa madre, el vino, el aceite, el vinagre, las olivas, mistela, las conservas... con nuestras propias manos, como formas de la sensualidad de cuerpo y espíritu.
Me emociona cultivar, cierta leyenda de amor, bajar al huerto y recoger lo que este nos da para prepararlo y ponerlo en la mesa fresco fresquito, fresco de verdad. Aunque parezca mentira ya están aquí las primeras habas, este tiempo loco tiene estas cosas, hasta las semillas de rúcula han germinado y tendremos una buena cosecha. Es tiempo de espinacas, calçots, alcachofas, coles...
Me enamora la cocina del puchero, de elegante estructura, la que hace lento chup chup, la que se transmite con la palabra y que mamamos desde chicos. Me emociona la cocina de ingredientes humildes. Los aromas de una cocina cambiante, lo más lindo. Me alegra conservar el gusto por las preparaciones simples. Me gusta el hervido.
Me emociona ver al cocinero susurrar al cocido la poesía de la cocina, al vecino apreciar un ingrediente cotidiano, la incertidumbre de un día de mercado, pasión pertinaz por sus olores, sus colores, sus formas... El alma de un estofado.
Me gusta substituir un ingrediente por otro, cambiar la elaboración de un plato planeado por otro improvisado y chalar con el resultado, la fantasía de la cocina. La sorpresa integrada en la boca. Me enamora el buen apetito y una mesa bien puesta. Me chifla el asado.
Me fascina la calidad de producto, no dejar de buscarla, perseguirla, exigirla para después ofrecerla. Guisado o aliñado.
Me emociona ver como alguien ayuda a otras personas a obtener el máximo placer y sabor de cada comida, ver cómo se respeta el paisaje, el entorno más próximo para después ponerlo en el plato. Una gran fritura.
Me enamoran los mejores y más frescos productos preparados sin ostentación. Lo antiguo, lo tradicional y lo más moderno. La fuerza del esmerado artesano, la imaginación una vez más.
Amo la comida
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Me gusta, me emociona y me motiva tu articulo, gracias por recordarme lo encantadora que es nuestra profesión.
ResponderEliminarAmiga Julia, después de "Lo que me toca los fogones" era justo recordar lo que me emociona y me enamora de esta profesión. Y es que no todo son desaguisados ni todo desaliñado.
ResponderEliminarGracias por el comentario.
Como cocinera profesional y cocinillas ocasinal me siento completamente identificada con lo que has escrito.
ResponderEliminarMucha gente no entiendo porque me gusta tanto mi oficio, ha habido momentos duros en los que he pensado "desertar"...pero no lo hice porque realmente me encanta lo que hago y como dice mi hermano..."todo el campo no es orégano"...jeje...gracias...
Saludos
Pues sí, un oficio maravilloso no exento de malos tragos (Bourdain) y "tocadas de fogones" como ya escribí en un post anterior. El "no desertar" demuestra una vez más que l@s cociner@s están hechos de una pasta especial.
ResponderEliminarUn saludo Sandra y gracias una vez más por linkearnos desde tu página.
Fantástico y emocionante post! la cocina debe entenderse de esta manera.
ResponderEliminarSaludos
Gracias Marta, celebro compartir contigo esa manera de entender la cocina, eso es entre otras cosas lo que nos ayuda en el día a día. Tras 25 años entre perolas y fogones me sigo considerando un aprendiz, lo mejor está por llegar.
ResponderEliminarPor cierto tu blog también me parece fantástico.
Salu2