Sin cantidades ni tiempos. Sin
cancioncilla ni foto. Sin arroces esto no sería lo mismo.
Desde hace un tiempo tengo
pendiente escribir esta receta. Se la debo a Oscar, un buen amigo. Es una
receta que por un motivo u otro me ha dado pereza escribir. Será que me he cansado de escribir
recetas-tipo para ir almacenando en la base de datos o para algún que otro
taller, no se bien que decir. El caso es
que ahora me he decidido a ponerle remedio. Teclas a la obra y receta al canto.
Al final Gastromimix tendrá recetas con más frecuencia de lo que era habitual,
eso sí “a la mode de… o a la ancianne” que es más molón. Es que me han dicho
que eso hace subir la audiencia, así me subirá el ego y el colesterol.
Arroz caldoso de calamares con
ceps
El arroz nace de un encebollado
de calamares, unos calamares con cebolla que me chiflan desde mi más tierna
infancia digo yo, y que con el tiempo me han acompañado por las más variopintas
cocinas. Este encebollado sirve también de base para las croquetas de calamares
que tan bien conoces, esas redondas, negras y con una punta de allioli.
Antes de que preguntes: yo le
pongo el mismo volumen de cebolla cortada que de calamares cortados, para que
te orientes. El caso es que todo empieza con un refrito de ajos y cebolla hecho
en puchero. Todo cortado a pequeñísimos pedazos y en abundante aceite de oliva.
Con el fuego alegre y removiendo con
gracia mientras la cebolla y el ajo bailan sobre el aceite. Abortamos el
sofrito con un chorro de vino blanco joven y añadimos unos perfumes naturales:
una hoja de laurel, un poco de tomillo, un pizca de azafrán y una guindilla
machacada. El vino se cuece y los aromas
se concentran. En ese preciso instante
le añadimos unos calamares troceados y alargamos la cocción hasta que los
cefalópodos enternecen. Solo entonces tendrás un encebollado fascinante. Lo de
la sal va al gusto: antes, durante o después. Y así empezó todo.
Después a este encebollado le he
ido añadiendo variantes con mayor y menor éxito. En el caso que nos ocupa hoy los cêps
(boletus edulis) demandan protagonismo. Aparecen en el refrito cuando son frescos,
durante el cocido del encebollado si son congelados y con el caldo cuando son
secos.
El caldo. Con un buen caldo es
difícil hacer un mal arroz.
El agua es un buen caldo en este
caso. De todos modos un caldo de pescado
suave, de rape, merluza y calamares puede mejorar con mucho el resultado.
El arroz. Con un mal arroz el
desastre está asegurado.
El grado de picante es importante
que sea el tolerable por la mayoría aunque es bueno que caliente el cuerpo y
reconforte en los fríos días del invierno.
El color. Desde el sofrito se va
mostrando un color dorado tostado muy agradable, que va del amarillo pardo al ocre
marrón y que vale la pena conservar hasta el final. No es una tarea fácil pero
es un buen síntoma de color sabroso.
Cantidad. La madre del cordero.
Caldoso hombre, cal do so. Nada de jugoso, cremoso ni meloso, que no.
Cal-do-so. Tampoco es una sopa de arroz, hombre! Pero casi. En el plato la
composición debe encontrar el equilibrio con una justa participación entre las
fuerzas. Un tercio para cada parte: el encebollado, el caldo y el arroz cocido.
Ingredientes y procedimiento:
1 Sofrito - 2 Caldo - 3 Arroz
Juntar 1 + 2. Hervir. Añadir 3.
Hervir.
Esperar hasta cocción del arroz. Reposar
si hay paciencia.
Comer caliente. Esto último es lo
más importante.
Puede que me olvide de algún
ingrediente o de algún paso, que a veces pasa. Les ruego a ustedes, amables lectores, tengan a bien comunicar cualquier detalle que consideren necesario para la
noble y justa ejecución de este arroz de calamares. Uno de los secretos mejor guardados del restaurant Ca l’Esteve.
Qué suerte tienen algunos con ser amigos suyos y con que usted sea buen pagador de deudas...
ResponderEliminar¡¡SUERTUDOS!!
Entre migas, corzo y este arroz, me tiene usted contento...
ResponderEliminarTengo en la despensa bogotana un tarrito de ceps secos pasados de estraperlo por la frontera. Gracias por el detalles de frescos, congelados y secos.
Su más pagano servidor.
Pantxeta
Hoy, en unas horas, llevaré a los progenitores de usted un paquete de arroz por si tienen a bien "mandarselóh". También les acerco el paquete saboteado que ha ido y vuelto a las Colombias y el libro de Gaspar Rey.
EliminarSaludos, ilustre amigo.
Ese paquete tiene más horas de vuelo que el Barón Rojo!!!
ResponderEliminarBelcebú lo tenga en su caldero, amigo Xesco