Ni están todos los que han sido, ni son todos los que están.
Cocina del Museo del Caribe, Barranquilla. Festival de sabores y colores en platillos. Honestidad y profesionalidad en un espacio mínimo.
La Perla, Cartagena de Indias. Intimista y buenas ejecuciones para el paladar.
Central Cevichería, o porque el ceviche también es colombiano y el flan de coco es dios.
Pajares Salinas, tres generaciones de clasicismo y buen hacer de la cocina española en Bogotá.
Sierra Nevada, La Puerta de la Tradición, Asadero El Parque, Burguer Market de Daniel Kaplan, Bistró El Bandido. Un tour express por Bogotá, de día y de noche.
Mercado de Paloquemao, o el paraíso terrenal.
Nachos inmundos. O como conseguir que un cliente no vuelva a sentarse a tu mesa.
Mercado Codabas del Norte. Empanadas Calidosas. Parada obligatoria tras las compras, ¿empanadas con ají o ají con empanadas?
Piqueteadero Doña Leo. Fritanga casera y pura vida en el barrio de Casablanca.
DiBufala. Auténtica mozzarella de búfalas colombianas. Lujazo máximo.
80 sillas. El lugar perfecto en Bogotá para seguir creyendo en la buena cocina, sencilla y sabrosa, sin dejar la billetera temblando.
La Castreña. Churros españoles y chocolate colombiano.
Y todavía nos quedan 3 años por delante. ¡Bon profit!
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