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Otra vez con Santi Santamaría, esta vez en Blanes.
En esta ocasión visitamos la lonja de pescadores, hablamos de pescados, caldos, suquets y otras delicias del mar.
Llegamos tarde, nadie nos avisó que la subasta se haría a partir de las cinco. Desde la organización se nos dijo que debíamos estar allí a las siete, todo un fallo garrafal, nos perdimos lo que no se puede ver normalmente, sin duda uno de los mejores atractivos de esta jornada. Sentimos indignación momentánea y digo momentánea porque con la charla de Santi y la cena de verbena se nos pasan todos los males. Un lugar privilegiado para hacer un taller de cocina y para disfrutar de una suculenta cena.
Mientras asistimos al taller el equipo de Santamaría montaba las mesas, sillas, cubiteras... un espectáculo visto desde la grada. Qué bonito ver como todo va tomando forma de comedor, cómo en tantas otras ocasiones hemos hecho pero esta vez visto como espectador, surrealista. Suena un móvil y Julia chista, p...z...p.
Realización de un típico suquet de pescadores y la cocción de unas gambas y cigalas en directo. Al personal le sorprendió la rápida y corta cocción de gambas y cigalas tanto como la elaboración del caldito para el suquet. Esos de chascar las patatas es cosa de los navarricos decía Santi en alusión a Ismael. Ese que tiene los huevos llenos de amor y que fielmente defiende la cocina de Evo. Iván Solà no quiso salir en la foto oficial aunque a regañadientes aceptó posar con el equipo de cocina, cocina de campaña una vez más y es que ni siquiera los estrellados se salvan de torear en esta suerte de plazas. Cocina al aire libre, con olor a salitre, entre bombonas de butano y cajas de pescado. Un ejercicio de supervivencia, comida para sesenta, cocciones al momento, suquet sin tiempo para reposar.
Unas risas durante la cena, brutal bandeja de gambas y escamarlans hervidos justitos. Éramos siete sentados en una mesa de ocho, había más a repartir, lo aseguro. ¡Qué bichos! ¡Qué cabezas! Salvaje jugo marino, esencia de marisco en estado puro. Cava y vino en porrón, servilletas de perfume limón, pan del bueno. Suquet en cazuela de barro, azafranado, de varios pescados, rata, serrano, araña, escórpora... Repetimos cazuela. Qué suerte la nuestra.
Una anécdota, siempre me tocan camareros de Cal Lluç, esta vez asistimos atónitos a ver como meneaba el porrón de cava para ver si era cava o vino. A regañadientes nos lo cambia por otro calentorro. Suerte que José Luís estaba ahí, atento como siempre, cambio de porrón y cubitera al ladito, no más cava caliente, gracias.
De postre ricas peras al vino, con piñones del Montseny, increíbles.
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¿A estos saraos tan fabulosos se pueden apuntar los no profesionales? La verdad, es que por tus letras se nos transmite el pentagrama de la jornada: Oda al producto. ¿No?
ResponderEliminarEl espectáculo está abierto a todo tipo de público, eso sí previo pago que ya es de por sí una selección.
ResponderEliminarUna oda al producto, un respeto por la técnica y por encima de todo la proximidad de un Maestro.
Repetiremos.
Pues si, felicidades a esa cocina de campaña, a esa espectacular lonja, al rojo de las gambas y al maestro por posar con nosotros, lamparón de porrón incluido! Más cercano no se puede!
ResponderEliminarViva el porrón y los pucheros de los pescadores!!!
jaja aunque no pude entender mucho del catalan del maestro, una cosa si aprendi en la lonja: NO se debe menear el porron de la cava!
ResponderEliminarFue una memorable experiencia en la agradabilisima compannia de Uds.
Saludos desde Mexico
Mikel
Gracias por visitarnos desde Mexico amigo Mikel. Lo cierto es que lo pasamos estupendamente en la lonja de Blanes, buena cena, buena compañía ¿qué más se podía pedir?
ResponderEliminarUn saludo y espero seguir encontrandote por aquí de tanto en tanto.