Finales de agosto, Un día
en Cabo de Palos
Excursión al Parque
Natural de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila.
Desde la playa de Calblanque y hacia el Parque caminamos largo rato
por las dunas sorteando algunos bellos acantilados para terminar
dándonos un buen baño. De regreso a Cabo de Palos nos acercamos a
Cala Reona, a disfrutar de sus limpias aguas, bucear y saltar desde
las rocas. También, como no, chiringuitear un poco y oler el
Mediterráneo.
Cala Raona, chiringueteando |
En Cabo de Palos nos
esperaba para comer el sabor y el olor del puerto. Allí, en el
Paseo de la Barra se encontraba nuestro destino, el restaurante La
Tana, un clásico. Producto excelente, de la barca al plato. ¿Qué
más se puede pedir? Los precios: en consonancia con la calidad del
producto. No nos engañemos, el pescado y el marisco fresco, muy fresco, tiene un precio.
La Tana |
Resulta alarmante cómo
se cotizan los loritos (raors) a medida que son más y más
aplaudidos por supuestos prescriptores del buen comer. Un pescaíto
antaño manjar exclusivo del pescador ha llegado al cielo y se deja
querer. En el mercado te piden alrededor de 50€/kg por los del país
y en los restaurantes de postín hasta los 90€/kg. Amigos míos,
también los hay de Marruecos por menos de la mitad de precio, pero
no es lo mismo, claro que no.
En La Tana la oferta es
generosa. Aquí os dejo una muestra de las cosillas que se pueden
compartir y disfrutar. Todo del mar, sabroso, bien hecho, muy
fresco, muy rico.
Platillos de La Tana |
El Caldero, como la paella, es uno de esos platos que recibe el nombre del recipiente en el que se hace. Es un plato de arroz, de sabroso arroz cocinado con excelente caldo de pescado. Un caldo hecho a partir de especímenes poco apreciados en el mercado, de esos que sólo se quedaban los pescadores. El pecado de extraer todo el jugo y el sabor a esos pescadines se compensará al degustar el arroz. Generalmente se sirve en dos vuelcos, por un lado el pescado que vendió su alma al caldo y nos llegará seco y rendido; por otro el arroz, ligeramente caldoso, bien apañado de ñoras, sabroso, contundente, glorioso y algo más allá de su justo punto de cocción. Deberá acompañarse de un buen allioli, lo mismo el pescado que deberá rociarse de buen brebaje (ajos machacado en el mortero y desatados con el propio caldo).
El Caldero de La Tana |
Una técnica que bien merece una evolución, un mejor aprovechamiento de saber popular, de la tradición. Los tiempos modernos podrían fijarse en este Caldero y tocarlo con su magia. El arroz en caldero puede dar mucho más de sí, lo mismo el Caldero, que sin arroz también podrá tocar el cielo.
Paseo de la Barra |
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar