esnob.
(Del ingl. snob).
1. com. Persona que imita
con afectación las maneras, opiniones, etc., de
aquellos a quienes considera distinguidos. U. t. c.
adj.
afectación.
(Del lat. affectatĭo, -ōnis).
1. f. Acción de afectar.
2. f. Falta de sencillez y naturalidad.
3. f. Extravagancia presuntuosa
en la manera de ser, de hablar, de actuar, de escribir, etc.
Querido amigo,
Este vídeo ha sido un shock. Quizás no tanto. Porque
ambos sabemos que, de un tiempo a esta parte, es inmensa la absurdez a la que
nos está abocando el tsunami del gin-tonic.
Un servidor, ex adicto al ron, tiene desde hace unas
décadas adoración al gin-tonic. Por prescripción facultativa y por
autoconvencimiento de los beneficios de la quinina y de la propia ginebra para
con mi cuerpo serrano.
Como escribió el periodista colombiano Roberto
Posada García-Peña en una de sus enjundiosas columnas de su recopilatorio libro El fogón de D’Artagnan: “los españoles se lo toman después de sus almuerzos suculentos. Los colombianos lo hacemos antes,
con mucha ansiedad. Santa delicia, si es cosa de abrir el apetito. Incluso cuando ocurría en épocas económicamente menos turbulentas y había que acudir entonces a la ginebra Sanders, de la Industria Licorera de Santander, o una todavía peor llamada Butik, tan perfumada como el más insoportable pachulí...”
Así que, aquí en Colombia, me he acostumbrado a beberlo cortito y como aperitivo. O doble y porque sí, sin ninguna otra razón mas que compartir una sustanciosa charla o disfrutar de rica lectura frente a la chimenea. Y con las nuevas normas en los controles de alcoholemia, ahora acompaño mis almuerzos o cenas en restoranes con un gin-tonic. Uno no más. Ya tu sabesssss.
Así que, aquí en Colombia, me he acostumbrado a beberlo cortito y como aperitivo. O doble y porque sí, sin ninguna otra razón mas que compartir una sustanciosa charla o disfrutar de rica lectura frente a la chimenea. Y con las nuevas normas en los controles de alcoholemia, ahora acompaño mis almuerzos o cenas en restoranes con un gin-tonic. Uno no más. Ya tu sabesssss.
Por usted es bien sabido que en su día
organizamos talleres de gin-tonic en mi querido Delishop. Aprendimos algunas
cosillas en esos talleres, pero también en los bares y garitos de nocturnidad y alevosía. Escuchamos de cerca a grandes fenómenos de la coctelería barcelonesa como Damià Mulà, Héctor Henche, Mauri
Jiménez, Mike Cruickshank, a los mismísimos Javier de las Muelas o Josep Lluís del Boadas. Están a punto de
llegarme de estraperlo a Bogotá los libros de Vador Lladó y de Miguel Angel
Almodóvar sobre el gin-tonic. Bibliofilia del gin-tonic. Recuerdo desayunos,
almuerzos y cenas memorables. Usted y yo nunca olvidaremos los últimos gin-tonics en compañía del fill de puta fedayín de Gaspar Rey. También echo mucho de menos
aquellas rúbricas en copa balón de nuestros esmorzars de forquilla a las 11 de
la mañana.
Sabe el santo junípero que no soy ningún experto,
pero me gusta conocer, experimentar, leer y probar. Me relamo con Bulldog, Magellan,
Mombasa o G’Vine, pero también me lo paso en grande con mi querida Xoriguer o con la 9
de Mascaró. Resulta que sólo en España se producen actualmente más de 50
ginebras. Aquí en Colombia la cosa crece de a poquito pero se está poniendo
interesante. Lo que tengo a buen seguro es que nunca gastaré 700 dólares en una
Nolet’s. Prefiero gastarlos en alguna edición culinaria del siglo XVII.
Es harto interesante que le expliquen a uno
aquello de los alambiques florentinos o los de cobre, o lo de las triples
destilaciones con salto mortal carpado. El porqué del regaliz, el pepino, la
uva, la pimienta o la ramita de romero, botánicos mediante. Un servidor tiene
guardado en el cajón de las gastro sorpresas el embriagador sabor del destilado
puro de oliva arbequina, sutil ingrediente mediterráneo de la ginebra española Gin
Mare.
Pero dejando atrás el marketing de cada cual, la bobada más extrema es llevarse al gaznate un gin-tonic con aspecto de ensalada tropical de buffet barato. Pero lo más divertido (o no) es ver hordas de esnobs vanagloriarse de pimplar yintonis gourmets en las cavernas más chic del mundo mundial. Con copa balón, porfaplis. Este vídeo es el puro reflejo de una sociedad en la que tragamos sólidos y líquidos por devoción extrema a lo super in, lo ultra trenddy, lo mega cool, lo selfie o lo braggie ¿La cultura? Esa se paga con el 21% de iva. Sin hielo y sin sal de frutas. Tufrutamadre.
¿Garbanzos, puerro, ajo en polvo, algas japonesas, gamba cocida? NO. No me vale aquello de que “tu también te
tragarías la broma”, “como es gratis no vas a decir que es una mierda”, “ si no
has estado en esa situación no se puede decir nada”, “todos hubiéramos caído
como moscas”, “la gente se lo bebe todo”, “yo por un yintonisss, ma-to”.
Tristérrimos todos. Incultura servida fría y gratis.
Si Pedro Chicote, Xavier Domingo, Jordi Estadella, Manuel Vázquez Montalbán, Miquel Boadas, James Burrough, Marlon Brandon, el propio Roberto Posada “D’Artagnan” y tantos otros levantaran la cabeza y sus vasos… otros gin-tonics se beberían...
Dando caña, dando caña!!!
ResponderEliminarSaludote Caracoles!
EliminarQue grandérrimos son ustedes, le hacen a uno dudar de su abstemicidad, coño. Felicidades, espartanos!!!
ResponderEliminarHace tiempo que le hago dudar a usted, vino y yyyintónisss mediante. Espero, al menos, que se haya pasado usteccc a la Pepsi ;-)
EliminarME SE cuide.
Amigos, qué vida llevo! lo digo porque quería decir a su tiempo si en estas listas podría estar Jacinto Sanfeliu, el barman de Madrid y su libro EL BAR, 1949.
ResponderEliminarpepeGuisando, tomamos nota del libro. Gracias!
Eliminar"Snob", del latín "sine nobilitate", sin nobleza. El Duque de Gastronia
ResponderEliminarQuerido Duque,
EliminarObservación muy SIC, faltaría más!
Aunque en estos tiempos y en estos yintónissss, mucho me temo que hay snobs con aspiraciones de nobleza, y nobles con carencia de SIC. Ambos servidos en copa balón, hielo y virutas de mucha tontería.
Abrazos sin afectaciones y con burbujas.
Querido amigo:
ResponderEliminarConfío en que mi libro, que te llega según dices de estraperlo, te aporte otra visión del fenómeno Gin&Tonic... me gustaría tanto dedicártelo, si a bine lo tuvieras, en uno de los baretos de Bogotá donde tan a lo grande me lo pasé hace algunos años.
Amigo embaulador,
EliminarMe llega de estraperlo porque no está a la venta en Bogotá, o al menos eso creo. Amén que el precio de los libros se dobla o triplica por estos andurriales. Me lo compran mis progenitores en BCN y me lo hacen llegar en breve. De ahí que te preguntara el otro día si tenías previsto, por casualidad, firmar estos días por la CiudáCondal.
No dudes en contactar conmigo si caes de nuevo por Bogotá.
Abrazote empapado de gin. Pantxeta
Así los haré y lo mismos te digo por si te dejas caer por estos andurriales.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
Perdona los plurales absurdos... para mí es el final de un día durito y ya he perdido el fuelle.
ResponderEliminarAmén y ánimo con lo tuyo!
Eliminar