sábado, febrero 8

La marquesina y el capuccino

Con la escusa de una receta invernal emprendí una reivindicación largo tiempo deseada.

Está claro que no es lo mismo quejarse directamente que hacerlo públicamente. Después de numerosas llamadas telefónicas y varios güasaps con la gente empapada o pelándose de frío había llegado el momento de denunciar por escrito y públicamente nuestro disgusto. Aprovechando la publicación mensual en el Diario de Castellbisbal camuflé mi indignación por una marquesina robada.

Así empieza el texto:

Desde que han desaparecido las marquesinas del autobús de línea del pueblo en la parada de Les Cassetes de Ca n’Oliveró, cada vez que veo alguna persona esperando se me encoje el alma y me estremezco de frío. Una taza de caldo y un frío ajeno que me avergüenza. Hay que ver hasta dónde han llegado los recortes y los privilegios. Porque donde ahora no hay resguardo no hace mucho lo había, tan solo ha cambiado de ubicación. Se la han llevado con la escusa de las mejoras del arcén a otro lugar en el que seguramente también era necesario el caldo pero a los vecinos de por aquí nos han dejado al descubierto y sin resguardo. Es en esos momentos de viento, lluvia o frío intenso cuando un reconfortante caldo sienta de mil amores. Este no es un caldo cualquiera, es una versión corregida, mejorada y aumentada de la crema de setas. Imitando un capuchino, en dos partes. Por un lado un consomé de setas sabroso y concentrado, por otro y por encima, como en el café, la sedosa crema de setas. ¿Que cómo se hace? Vamos a ver.

El resto de la receta la podeis leer pinchando el enlace al Diario de Castellbisbal aquí debajo: 


Transcurrieron unos días y volvió la lluvia. Otra llamada, otra foto. Salió el Diario y pocos días después...


Del capuccino de setas ya habíamos hablado en otras ocasiones con motivo de los talleres de cocina, de los aperitivos navideños, de recetas fáciles y rápidas...



3 comentarios:

  1. Qué ganas tenía usted de decirlo, no? :D

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  2. Tengo un maravilloso cultivador de shiitakes en Tinjacá (Boyacá, Colombia), así que ya sabe usted, amigo mío, quq aroma va a tener mi próximo capuchino...
    Vivan los hongos! y recuerde, todas las setas son comestibles, algunas SOLO UNA vez.

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