Y de estas frutas...

El acerolo es un árbol o arbusto espinoso, subespontáneo o cultivado, de ramas cortas y frágiles, con flores blancas, apreciado por su colorado fruto, la acerola, pero también ha lo sido por su madera. Es una planta nativa de la región mediterránea y zonas aledañas que no debemos confundir con la planta tropical Malpighia glabra o Malpigighia punicifolia, conocida también como acerola, cereza de Barbados o cereza de Indias, con un gusto agridulce y pulpa ácida, originaria del sur de México, América Central y de la zona septentrional de Sudamérica. En el Rossellón francés aparece la subespecie Crataegus azarolus ruscionensis caracterizada por tener frutos de tan solo 1cm de diámetro.
En la actualidad la encontramos cultivada o como resto de antiguos cultivos y muy ocasionalmente silvestre principalmente en Aragón (corma), La Rioja, Catalunya (atzerola), Euskadi (maspil-garaoa), Comunidad Valenciana (sorolla), Andalucía y en el archipiélago balear.
A pesar de ser un fruto apreciado por su sabor, que recuerda al de la manzana, su consumo en fresco es poco común y tan sólo a niveles caseros de unos pocos aficionados podremos encontrar zumos, mermeladas, helados, compotas, gelatinas, confituras, dulces o licores.

(*) “Hubo un tiempo que en el Alguer se comía también así”. Había frutas que hoy tanta gente ha olvidado como la acerola, la selva, níspero de invierno, azufaifas de árbol o algarrobas y otras.