miércoles, mayo 8

Baluy, chachafruto o fríjol de árbol

Estimado cocinero con huerto al frente:

Tengo en mi nuevo barrio el privilegio de estar rodeado de tierra fertilísima. No tengo intención de nombrarle la flora que me rodea, porque no tengo ni pajolera idea y porque tampoco creo que fuera de su interés. Ya le mandé a usted unas foticos en las que se ven calabazas criándose a más de quince metros de altura, encaramadas a las copas de unos arbolotes y dispuestas a descabezar a cualquier incauto que se atreva a disfrutar de una siesta a la sombra.

También sabe usted, de buena tinta, que gozo de tremendas chimeneas a las que alimento con madera de otros árboles que se han ido aprovechando dentro del terreno familiar. En un paseo, de esos con carretilla para hacer acopio de troncos, observé unas enormes vainas entre verdosas y negruzcas que, por inculto y cabestro, ignoré y atropellé, eso sí, sin premeditación ni alevosía.

Lo que son las cosas, amigo mío, que pasados unos días aparece doña María Luisa en la puerta de casa. Ella es señora de poca palabra pero de gran sabiduría popular y enorme habilidad coquinaria. Sin ir más lejos, de sus fogones ha disfrutado un servidor del mejor ajiaco y de unas muy ricas mandonguilles. A lo que iba, que me aparece doña Maria Luisa con aquellas desatendidas vainas. Imaginará usted mi cara de pasmado.

Las vainas en cuestión fueron presentadas con el nombre de baluyes y acompañadas de sencilla preparación similar a las de unas papas hervidas. Adivina usted bien, mis pasos se fueron primero a la biblioteca antes que a la cocina. Reincidente en mi ignorancia, tardé un buen rato en percatarme del plural de mi manojo de baluyes y que debía buscar respuesta en el singular baluy. Y, no conforme todavía con mi hallazgo, descubrí otros populares nombres para el fruto de la vaina: chachafruto, balú, poroto, sachaporoto, basul, pallar. Así como algunos de sus nombres entre las etnias indígenas de Colombia: juatsëmbëse, uswal, chapurutó y farru caci. Y ya, si me pongo más vacilón con usted, le suelto aquello de Erythrina edulis, Triana. Y me quedo tan ancho.

Hermoso y ornamental árbol pues, el que tenemos a cuatro zancadas de casa. El saber popular también me cuenta que es muy usado como poste para cercas vivas y para dar sombra a las zonas de cafetales. La historia y la leyenda cuentan que el chachafruto llegó a Colombia desde el Perú, lo trajeron los indígenas inganos, descendientes de los incas, quienes venían huyendo de la guerra y traían semillas cocinadas como fiambre y semillas vivas que sembraron por el camino hasta que se establecieron en un sitio llamado Porotal, que queda a seis horas a pie del valle del Sibundoy, en el Putumayo.

Respecto a sus usos culinarios, me cuentan que "el chachafruto de los árboles se pierde, no se consume ahora, a la gente le gusta todo lo comprado, la gente lo tiene en sus jardines o en sus tierras pero no sabe cómo se usa". En la zona del Cauca se preparan tortas, natillas, masato (bebida), arepas de güiba, diferentes platos de diario y sobre todo para hacer pan. Aún así, es un alimento que se está perdiendo. Una especie de símbolo de la alimentación del pasado. Me recuerda a las gachas o a las algarrobas de mi andaluz abuelo.

Le diré con regocijo, querido amigo cocinero, que sentados ambos a la mesa frente a un plato de chachafrutos hervidos y sazonados generosamente con sal (casi como unas papas arrugás), se los zamparía con más fruición un servidor que usted. Tienen un peculiar sabor que se cruza entre la patata, el boniato y su no tan querida castaña predominando el conjunto. A mi ignorante paladar sudacatalán le ha parecido de excelso sabor, sobre todo salteados ligeramente con mantequilla.



En otra receta que no me he atrevido a ejecutar, he encontrado a los chachafrutos transformados en salsa con base de crema de leche y acompañando a unas pechugas de pollo con verduras y champiñones. En cualquier caso, me parece más atractiva (y trabajosa) la receta que le transcribo a continuación, extraída del libro Deliciosas frutas tropicales:

Chachafrutos glaseados:

"Se cubre 1 libra de chachafrutos con agua y se cocinan unos 40 minutos o hasta que una aguja insertada en la base de uno de ellos penetre sin dificultad. Se disuelve 1 libra de azúcar granulada con 2 cucharadas de glucosa líquida en agua y se hierve hasta que el almíbar esté a punto de hilo. Se vierte en una refractaria, se deja enfriar, se sumerjen los chachafrutos y se dejan reposar 2 horas.
Se pone al baño maría, cuando hierva se retiran los chachafrutos y se pone al fuego el almíbar hasta que quede un poquito más espeso. Se retira del fuego, se sumergen nuevamente los chachafrutos y se dejan entrapar durante 12 horas. Se repite este procedimiento dos veces más aumentando cada vez el espesor del almíbar. Se sacan y se ponen a escurrir en una malla durante 24 horas en un lugar caliente y seco. Se sirven como bombones."  

No le robo más tiempo a usted, querido Xesco, que seguro le esperan espectaculares frutos en el huerto de enfrente. Un servidor, si para de llover, se dará una vuelta por aquí cerca para recoger otra tanda de baluyes con doña Maria Luisa.

Abrazos y descubrimientos.

8 comentarios:

  1. Un text genial. Que et transporta a èpoques de Lope de Vega,quasi. Ni flora ni botànica, una terra fèrtil ho és, malgrat tot, sempre! Menys mal ;-)

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    1. Gràcies Marina.
      Aquí tot lo verd es espectacular, tenim molta pluja i sol molt fort, estem a 2600 mt d'alçada ;-)
      Y, sobre todo, es una flipada descubrir nuevos productos, alimentos, flores y plantas comestibles, etc... si además te lo explica la gente humilde que sabe, pues entonces ya es lo máximo...
      Patongs a la nostra terra!

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  2. Entra el solano per la finestra i m'ha semblat fins i tot olorar aquesta pluja que no cesa.

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    1. Yo se que nos veremos aquí somdei!!!!
      Abrassus amic.

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  3. Estoo.... dos cosiñas:

    1.- Cómo se pronuncia juatsëmbëse? Concretamente lo de las diéresis. Es usté un fantasma.

    2.- La recetilla tiene un singular parecido con el marron glacé. Espero por que ni se le ocurra hacerlos, por el bien de sus michelines.

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  4. JAJAJA, querido etxe
    Voy a ver si encuentro algún cántico de esta etnia para que puede usteccc hacer una versión R&B o CountryGalego.
    A mí elaborar esas recetas me da pánico escénico, físico y psicológico. Prefiero jalármelas y soñar con la vidorra que me espera junto a Louise Cypher.

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  5. que interesante soy de mexico y nunca habia oido de ese fruto pero siempre he pensado que es buena idea redescubrir algunos alimentos ancestrales y no solo lo que nos quieren vender.

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  6. Disfrute de sobremanera tan exquisita narración. Tuve hoy el gusto de probar baluyes preparados como si fuesen frijoles corrientes con cerdo. Una delicia, la recomiendo a quien se aventure a prepararla.

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