viernes, febrero 3

El exprimidor de libros (IV)

Dentro de las agradabilísimas bloggercasualidades, que así las he bautizado, de estas últimas semanas y entre las que se cuentan Gastroblocaires, Txaber, Montagut Editores y Garbancita, me quedo con la soberana paliza que me ha metido la rubia natural zampando en un ChineseRestorán del barrio que laboralmente habito.

"El mayor mérito histórico por el que es recordado el nombre del general romano Lucio Lucinio Lúculo (106-56 a- de C.) es el de haber hecho popular la costumbre de vomitar en los banquetes a fin de prolongar la duración de sus extravagantes festines".

Después de achucharla para intentar quitarle algo del frío barcelonés y transmitirle la alegría que me daba su visita tras tantos meses sin vernos, hemos estado un buen rato de cháchara laboral y hemos salido pitando hacia el chino más cercano porque había hambre, antojo de dim sum y porque el tren no espera a nadie excepto en algunas películas ñoñas.

"El 16 de marzo de 1956, la policía japonesa detuvo a Hideo Minegishi acusado de robar un gran número de botas, fundas de cámaras fotográficas, cubiertas de bicicleta y otros objetos de caucho. Lo sorprendente del asunto es que el ciudadano nipón los robaba para comérselos. Al parecer según su propia confesión comenzó a comer este tipo de artículos en su infancia, pero su afición se vio acrecentada tras sufrir una crisis emocional. Entre sus más comentadas hazañas gastronómicas estuvo la de que, en cierta ocasión, provocó un accidente ferroviario al comerse las fundas de goma del freno de aire comprimido del tren en que viajaba".

- ¿Nos empujamos unas gyozas, pichón?
- ¡Que sean dos! - le espetamos al joven oriental con cara de morfeo y pelos de afterhour.
- ¿Unos fideos de arroz, pichona?
- ¡Vamos! y tráenos las cervezas mientras miro el último plato - ordena la rubia.
Llegan las Tsingtao. Ella a morro, que es una chica de trinchera. Yo en copa, que ahora ejerzo de cocinero oficinista bien a gusto.
- Y uno de ternera picante.


"Según el Libro Guinness, el ciudadano francés Michel Lotito, nacido en 1950, es conocido por todo el mundo como el Cometodo, por ser capaz de ingerir y digerir vidrio y metal sin mayores problemas. Los médicos que le han examinado creen que es capaz de digerir 900 gramos de metal diarios. Desde 1966 se ha comido, delante de testigos, cosas tan variadas como 10 bicicletas, 1 carrito de supermercado (en 4 días y medio), 7 televisores, 6 lámparas de techo y 1 avión ultraligero".

Y venga a cotillear, y dale al dim sum, y venga a rajar, y dale a la birra china, y venga con el Panamera, y dale a los fideos, y venga con las periodistas envidiosas, y dale al picante, y venga con los nuevos proyectos. Un par de cotorras, rubia la una, calva la otra. Vamos a la barra que nos dan las uvas con la cuenta y no llego a Sants.


"El atleta griego del siglo VI a. de C. Milón de Crotona venció en tres pruebas distintas de los Juegos Olímpicos y en siete de los Juegos Píticos. Según cuenta la leyenda, tras la última de sus victorias olímpicas, dio una vuelta al estadio cargado con un buey (o, según otras fuentes, más moderadas, umn novillo de tres años), lo mató de un puñetazo en la cabeza, lo hizo asar y luego se lo comió entero. De este forzudo se asegura también que era capaz de romper una fuerte cuerda anudada a su cabeza con el simple esfuerzo muscular din ayuda de sus manos. Ninguna de estas hazañas sería inverosímil de hacer caso a la leyenda según la cual comía al día 7,5 kilos de carne y 8 kilos de pan, trasegándolos con 15 litros de vino".

Me levanto, pesado y noqueado como Foreman ante Alí en el 74. La delicada rubia de tacón aterciopelado e impecable conjunción azul, acaba con la leyenda de un imbatido Pantxeta. Y uno, que con los años se ha vuelto un gentleman de tres al cuarto, he aceptado la derrota y le he preparado un cortadito descafeinado y con espuma para que las cuatro horas de vía que tiene por delante sean de feliz digestión y provechoso twitter.

"Una tal Ida Maitland (1898-1932) es considerada como una de las mujeres más obesas de quien se tenga constancia. Según los datos de que se dispone, que nunca pudieron ser verificados médicamente, llegó a pesar 413 kilos 200 gramos, con un contorno pectoral de 3,86 metros. Y aunque resulte muy difícil de creer, se cuenta además que murió cuando trataba de recoger un trébol de cuatro hojas".

* Dedicado a la rubia natural, a la que tanto gusta leer esas noticias de elmundotoday. smuacs.


Del libro LA BOUFFE de Claude SERRE, éditions J.Glénat, 1982

4 comentarios:

  1. Me se ha caído un mito.
    El rey ha muerto, viva la reina!!! XDDD

    Entrada divertidísima.

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  2. Me siento como una superheroína de Marbel!! Batirme en duelo con un contrincante como Pantxeta, ha sido un gustazo indescriptible.

    Espero que haya más capítulos en los que enfrentemos nuestros superpoderes, pichón!! ;)

    Muacka, muacka!!

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  3. Coincideixo en que l'entrada és molt divertida i currada....:)

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  4. Señorita Cristina,

    Ha revolucionado, usted y su texto dedicado, todas las estadísticas y contadores de Gastromimix.

    Un subidón digno de espumosos desperdiciados en podios y competiciones.

    Los fogones la tengan a usted a buen recaudo.

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