viernes, abril 2

La Mona de Pascua

En el año 604, el Papa San Gregorio Magno, en una carta dirigida a San Agustín de Canterbury puntualiza los cuatro alimentos de abstinencia: carne, leche, queso y huevos.

La Fiesta de la Primavera es tradicionalmente la Fiesta de la Pascua Florida. Los padrinos regalan a sus ahijados un pastel que, con el paso del tiempo, se ha ido haciendo cada vez más elaborado. Aderezado casi siempre con uno o más huevos duros, o con chocolate, dicho pastel recibe el nombre equívoco de “Mona”.

Los eruditos no han conseguido explicar ni el origen del dulce ni el origen de la palabra, pero la mayoría de teorías coincide en que la mona ha sido siempre un presente ofrecido a personas o a la divinidad.

En cuanto al simbolismo religioso, todos los elementos, ritos y costumbres que intervienen en la celebración de la Pascua giran en torno a la recuperación de la alegría de vivir. Este espíritu de renovación hace que los niños sean protagonistas destacados de todos estos días. Incluso son los días ideales para estrenar nuevos vestidos, devorar caramelos y rosarios de azúcar, y recibir la mona del padrino dondequiera que el ahijado se encuentre. Sabemos del buen recuerdo que conservan las personas que se encontraban lejosde su hogar y recibían el pastel aunque fuera con retraso, la mona viaja.

Simbolismo divino y terrenal
En nuestra cultura mediterránea, el pan interviene en muchos sacrificios a los dioses: su color amarillo tostado está relacionado con el sol, que es vida; está presente en no pocos ritos matrimoniales para simbolizar la union, y también en ritos funerarios.

El círculo de la rosca es uno de los símbolos fundamentales y, como signo de la unidad original y del cielo, indica los movimientos cíclicos. En forma de círculo se representan el sol y su imagen dorada.

El huevo simboliza la renovación periódica de la naturaleza, pero no un nacimiento sino un renacimiento, una resurrección, que es retorno, repetición. La fuerza generativa del huevo, reconocida en todo el mundo, ha sido asociada, en otros lugares, con el conejo. Este prolífico animalito ha simbolizado el amor y la fecundidad; pero, si el huevo se come, la carne de conejo ha estado prohibida, tal vez porque reflejaba con excesiva claridad los placeres y las tendencias animales…

Tradiciones
El retorno a la vida lo celebramos comiendo, como hace siglos. La mona, comer cordero a mediodía y su sangre en el almuerzo, preparar tortillas de muchos huevos… De acuerdo con la tradición, hay que romper los huevos golpeándolos entre sí aquellos que se quieren. Son costumbres tan ancestrales y primarias como la que se practica en Baviera, donde, para obtener la virilidad del huevo, éste se ha de comer con cascara y todo…

Tras la Guerra Civil escaseaban los moldes para hacer figuras de chocolate, así pues los ingeniosos pasteleros descubrieron que acoplando entre sí huevos de diferentes medidas, podían construir el esqueleto de cualquier muñeco o figura que quisieran. Nada que ver con las figuras de chocolate de baja calidad que inundan actualmente los supermercados...

El Domingo de Ramos se lucen ropas nuevas. Aparecer muy elegante ese día puede ser signo de buena posición social, pero, de acuerdo con la tradición, constituye una manera de hacer rabiar al demonio y privarle de alguno de sus miembros; y si se estrena todo un traje o vestido, hacerle perder el rabo.

Del palmón se cuelgan frutas, dulces y muñecos. También flores, especialmente violetas, porque es una flor primaveral y morada. Con la ceniza de las palmas viejas se marca la frente del cristiano el Miércoles de Ceniza.

Cuaresma y Semana Santa. Cuarenta días. Como la cuarentena de los infecciosos, de las mujeres después del parto. Abstinencia y ayuno. Color morado. Velos cubriendo las imágenes. Procesiones y cachirulos. Silencio. Penitencia, el espíritu por encima de la carne.

La bula papal, la bula nueva y vieja, con cuyo papel se confeccionaba la muñeca Doña Cuaresma, con sus siete pies, de los que se le iba cortando uno cada semana.

El arte de la mona
Es posible que las monas más antiguas fueran un simple presente de huevos o frutos secos y que, antes de la que hoy llamamos “mona clásica”, apareciera una tarta pequeña con tres huevos aparte, que el niño iba a recoger en una cestita, como se hacía años atrás en algunos lugares de montaña.

La llamada “clásica o tradicional” tiene forma redonda, elíptica o de rosca y lleva encima los huevos duros con una cruz hecha con cordoncitos de la misma pasta de la mona: pasta de pan adobada con huevo y algún aroma. Una variante de ésta tenía forma de rosca con almendrucos, también símbolo de fertilidad, pero sin huevos. Se confeccionaban en casa o en la tahona y también podían tener forma de animal (ave, gallo, cordero), barco o media luna, todas ellas con los huevos puestos dispuestos encima; o con forma humana con el huevo en la boca o sujeto con las dos manos a la altura del vientre.

Las monas se han convertido actualmente en pasteles más o menos caprichosos, supeditados a la imaginación del maestro pastelero, a la facilidad o complejidad de la elaboración y al bolsillo del comprador.

De alguna manera, en la mona se ha reflejado siempre el momento actual, marcado con imágenes. Cuando se disolvió el sentimiento ancestral y prendió lo novedoso, la noticia, el impacto del día, la política, el deporte, el negocio, el marketing, monas monumentales, gratuitas, subastadas…, y empezó a infiltrarse lo que podría ser una nueva mitología, la mona cambió.

Estamos muy lejos de la primera mona recogida en un texto. Desde finales del siglo XV hasta finales del siglo XIX y principios del XX, las monas han cubierto un largo camino, pero son siempre aquellas que veía Roís de Corella cuando compuso el "Càntic en lloor de la Mare de Déu", en el que decía:

“Ayunas
contra el satán que os mina
ahora amasa
con Dios la dulce mona”

Bibliografía para saber más
-       Mona a Barcelona. Antoni Miralda y Llorenç Torrado. Edicions Polígrafa, Barcelona 1980.
-       Gastronomia, festes i tradicions a Catalunya. Jordi-Joan Alsina i Canudas. Morales i Torres Editores, Barcelona 2007.
-       Calendari Llaminer. Francesc Parcerisas, M. Antònia Pelauzy, Lluïsa Jover i Xavier Canal. Diputació de Barcelona 1989.
-       L’art del menjar a Catalunya. Manuel Vázquez Montalbán. Edicions 62, Barcelona 1977.
-       Ayunos y abstinencias, la mejor cocina de Cuaresma. Ignasi Doménech y F. Martí. Imprenta Helénica, Madrid 1914

Fotografías publicadas
1. Reconstrucción de una mona del siglo XVIII. Foto: Català-Roca.
2. Reconstrucción de una mona de, aproximadamente, el siglo XVII. Jaume Sàbat. Foto: Jordi Zendrera.
3. Anuncios de monas aparecidos en diversas publicaciones.
4. Jaume Sàbat. Billete de mil pesetas. Chocolate. 1978.
5. Reproducción de la página central del diario Ahora. Madrid, 1931. Artículo sobre la mona de Almacenes Jorba.
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2 comentarios:

  1. En Munébrega se come CULECA para Pascua. Es un pan abizcochado generalmente de forma triangular aunque puede ser redondo (incluso con forma de mujercilla), con uno o dos huevos duros en su interior y bonitos trenzados. Se come cordero, torrijas y se bebe "limonada" (una suerte de vino cocido).
    Salud!

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  2. En codos, Zaragoza, se come culeca para el 9 de mayo.

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