lunes, julio 15

Lulo, ¿ángel o demonio?


Ya le hablé a usted en su día, querido amigo, de mi nueva devoción frutera. Hoy tengo el gusto de presentarle otra de las frutas emblemáticas de Colombia a la hora de preparar jugos (en agua o en leche), frescos, chichas, salpicones (fruta variada y troceada), luladas (con lulo troceado) y champús (con maíz peto).

El lulo.
Mi suegra no solo sabe de frutas sino que también sabe lo suyo en temas de arbustos, matas, flores y hierbajos variados. Las materas que luce en su casita de Ráquira son "dignas de admirá", que decía aquellaHay una mata especialmente atractiva, a las fotos me remito, con la que cualquier incauto e inculto como un servidor puede sufrir un espinoso y endemoniado percance si en lugar de admirar además quiere tocar: Solanum quitoense Lam. Para la plebe: lulo o naranjilla.



En Colombia crece casi silvestre y en climas cálidos hasta los 1.900 metros de altitud, así que se produce y se encuentra en cualquier supermercado o puesto callejero durante todo el año. No es un servidor gozador nato de los sabores ácidos, así que lo prefiero mezclado con azúcar, en jugo y bien frío. Lo compro de buen tamaño y con la piel dura, pero cuidado! siempre maduro y sin huecos negros ni golpes. Los frutos verdes no dan jugo. La cáscara es naranja y el interior verde-amarillo brillante, de consistencia gelatinosa. Le aviso a usted que a la hora de triturar el lulo se crea una espuma que ni los aires de lecitina de nuestros amigos estrellados, oiga! Déjela usted reposar y vuelva a darle al túrmix hasta que vaya desapareciendo.

Al fin y al cabo, en los climas cálidos como el del Gran Cauca, los refrescos son regalos, el agua una bendición y el sabor de las frutas un medio milagro. No tengo que sugerirle a usted que al jugo también puede añadirle un golpe de ron añejo. Un servidor lo riega con Ron Viejo de Caldas.

Creo recordar que en nuestra querida Boquería uno ya puede encontrar lulos. Ya me confirmará usted o el otro. Aunque con mi analfabetismo galaico, todavía saltará el tercero en discordia para abanderar al lulo como fruta de las orillas del Miño. Un servidor, para que no se le cisquen en la calavera, les transcribe muy amablemente un par de golosas recetillas.

Champú de lulo
Ingredientes: 500 gr de maíz peto (quebrado), 3 ½ litros de agua, 1 piña pelada y finamente picada, 1 panela, 6 hojas de naranjo agrio, 6 clavos de olor, 5 astillas de canela, la pulpa cortada de 12 lulos y hielo picado.
“Cocinar el maíz en el agua durante 1 hora aproximadamente. Cuando esté tierno, sacar 1 ½ tazas y molerlo. Regresar esta masa al agua y disolverla. Licuar una taza de esta mezcla con la mitad de la piña y devolverla a la olla. Echar la panela en una taza de agua con las hojas de naranjo, los clavos, la canela y preparar un melado. Disolver el melado en el agua-masa y agregar la pulpa de los lulos triturada con las manos y el resto de la piña. Revolver todo muy bien y agregar hielo picado.”

Tarta de lulo
Ingredientes: masa quebrada, 1 tarro grande de leche condensada, 1 taza de jugo concentrado de lulo, 1 limón, 3 cucharadas de azúcar, 3 huevos, ½ cucharadita de cremor tártaro (me dicen mis espías que lo encuentra usted hasta en el Mercadona...).
“Se baten las yemas hasta que estén cremosas y pálidas. Se les agrega la leche condensada, el jugo de limón y el concentrado de lulo. Se pone al fuego y se revuelve hasta que la crema esté espesa. Se retira del fuego. Se baten las claras a punto de nieve con el cremor tártaro y el azúcar. Poco a poco se incorporar las claras a la crema de lulo de forma envolvente. Se vierte encima de la masa quebrada cocida y se lleva a la nevera hasta que endurezca.”

Abrazos y apertas de su más sudacatalán servidor. Pantxeta.

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